domingo, 9 de febrero de 2014

"¿Y si pongo positivos?"

- Te has ganado un positivo.
- "¡Bien! Sólo me faltan dos más."
Posiblemente esta sea una las más populares recompensas a un alumno. Pero su "popularidad" está tan extendida que cuesta tomarla tanto en serio, pero si, los positivos cuentan. Fue alguien o algunos quienes estando  desesperados por hallar un método a como alentar a los estudiantes a estudiar, hacer los deberes y demás encontraron la mayor y más célebre solución y tras varios días de desazón, locura e inquietud salieron de ese cuarto oscuro suyo iluminado con tan solo un tenue luz a la realidad, sintiendo con gran alivio y orgullo su invención. Y ¡plaf! así nacieron “los positivos”.

Bien, estas son sólo fantasías mías (agradecería  el haberme quedado claro el concepto de fantasía) sobre cómo se llegó a tantos métodos pedagógicos a desarrollar en un aula. Y yo con mi gran conocimiento sobre este tema comentaré sobre los puntos más fundamentales  a seguir. Estas son mis instrucciones:

Nada más entrar el profesor/ra desde ahora el señor o señora C se sentirá su presencia, se hará valer y procurará que no se le falté el respeto. No, no  será ni tirano ni manso. Se relacionará con el alumnado, con el que se adquirirá una cierta confianza. Mostrará su pasión por su asignatura, pasión que llegará hasta los alumnos hasta tal punto que sentirán el haber no hecho los deberes, por ejemplo, no sólo por no haberlos hecho sino por el señor/ra C.

 En cuanto a su método, el señor/ra C defenderá el CONDUCTISMO llevándolo a cabo siguiendo el modelo de Skinner (error, error, gratificación), otorgará una mención, ya sean positivos, notas, "muy bien", a acciones fuera del rango de lo racional, ejemplo no poner un positivo por el simple hecho de portarse bien o estar atento, portarse bien es obligatorio. Siendo estos comportamientos ya concienciados con anterioridad. Se fomentará un propio descubrimiento de la asignatura, partiendo del lema "pensar y razonar".

 El señor/ra C a la hora de explicar se abstendrá de hacer demasiados esquemas sino los necesarios, los necesarios y más sencillos para que lo enseñado quede en la memoria de los estudiantes. También se ligará lo aprendido a situaciones comunes, situaciones cotidianas.
Con sutileza o no se intentará dar a conocer conocimientos, curiosidades que hagan preguntarse por ellos.  


Llegando a los exámenes de los cuales se habrán dado ya los criterios, serán varios para que se tenga más posibilidad a aprobar.
Todo esto va a parar a un aprendizaje constructivo más útil en el futuro que el de imitación, al ser este automático y adquirido sin razonamiento. 

Bien cabe dejar claro que aunque esto se pueda llevar a cabo gran parte del trabajo recae en los estudiantes, a los cuales el señor/ra C ayudará a concienciar de que estudiar no es un juego sino la base de tu propio futuro personal e intelectual.